Confieso que en relación con los productos dentífricos soy totalmente infiel. No logro recordar la útlima vez que, tras terminar un tubo de pasta, el siguiente fuese de la misma marca. No me guío por ningún criterio a la hora de seleccionar productos para la higiene dental, y esto lo he heredado de mis padres, que hacen tres cuartos de lo mismo.
La madre y el padre fueron hace un par de semanas al Carreful a hacer la compra, y entre otros múltiples, diversos y esperpénticos productos, trajeron pasta de dientes. Pasta de la marca blanca del gran almacén francés, blanqueante.
Es la peor pasta de dientes que he probado en mi vida. Y eso que, una vez, cuando me levantaba las 6, me lavé con espuma de afeitar... pero comparado con la Carreful, fué pura ambrosía.
El sabor del dentífrico se hace patente nada más empezar a frotar la dentadura. Al principio no es muy fuerte, pero tarda poco en llenar la boca con un sabor ácido y metálico que trae a la mente una mezcla de bicarbonato con virutas de acería y un poco de vinagre. Es asqueroso. Se hace realmente duro aguantarlo el tiempo suficiente para lavar todas las piezas dentales.
Joder, si hoy he intentado aclararme los dientes y me ha salido una arcada que parecía que fuese a vomitar un puto alien adulto con la carrera universitaria hecha. Buen comienzo del día, ¿eh?
Pero, por increíble que resulte, su sabor no es lo peor, no. La sensación que deja en la boca es...
Por que, para mí, una de las sensaciones más agradables de un día corriente, es notar la boca limpia y fresca tras haber procedido a la higiene bucal. Con el blanqueante Carreful se acabó. La sensación de frescor es algo que, lejos de perdurar, desaparece incluso de la memoria, ¡coño! En su lugar nos deja una sensación de sequedad en los dientes -como cuando haces gárgaras y abluciones bucales con Coca-cola- que produce un conocido efecto: los dientes que chirrian. Afortunadamente, esto tampoco dura mucho, pero lo que dura es una jodida tortura.
Cuando se acabe la que tengo, va a comprarlo otra vez su puta madre. Joder cómo sufro.
P.S. Hoy me han hecho indefinido.
La madre y el padre fueron hace un par de semanas al Carreful a hacer la compra, y entre otros múltiples, diversos y esperpénticos productos, trajeron pasta de dientes. Pasta de la marca blanca del gran almacén francés, blanqueante.
Es la peor pasta de dientes que he probado en mi vida. Y eso que, una vez, cuando me levantaba las 6, me lavé con espuma de afeitar... pero comparado con la Carreful, fué pura ambrosía.
El sabor del dentífrico se hace patente nada más empezar a frotar la dentadura. Al principio no es muy fuerte, pero tarda poco en llenar la boca con un sabor ácido y metálico que trae a la mente una mezcla de bicarbonato con virutas de acería y un poco de vinagre. Es asqueroso. Se hace realmente duro aguantarlo el tiempo suficiente para lavar todas las piezas dentales.
Joder, si hoy he intentado aclararme los dientes y me ha salido una arcada que parecía que fuese a vomitar un puto alien adulto con la carrera universitaria hecha. Buen comienzo del día, ¿eh?
Pero, por increíble que resulte, su sabor no es lo peor, no. La sensación que deja en la boca es...
Por que, para mí, una de las sensaciones más agradables de un día corriente, es notar la boca limpia y fresca tras haber procedido a la higiene bucal. Con el blanqueante Carreful se acabó. La sensación de frescor es algo que, lejos de perdurar, desaparece incluso de la memoria, ¡coño! En su lugar nos deja una sensación de sequedad en los dientes -como cuando haces gárgaras y abluciones bucales con Coca-cola- que produce un conocido efecto: los dientes que chirrian. Afortunadamente, esto tampoco dura mucho, pero lo que dura es una jodida tortura.
Cuando se acabe la que tengo, va a comprarlo otra vez su puta madre. Joder cómo sufro.
P.S. Hoy me han hecho indefinido.
5 comentarios:
pues yo he de decir que soy fiel a mi licor del polo de pasta blanca (blanqueador según dicen). siempre uso esa y lo que más me alejo de ella es cuando en vez de la blanca uso la verde (mentol).
pues yo soy fiel al licor del polo azul.. que me deja la boca con una sensación bastante fresca...
a veces cuando se me acaba arramplo la que usan mis hermanas y que no se acaba nunca porke mis hermanas no están en casa salvo algun fin de semana. Las que no aguanto son las de sabor de menta o eucalipto.
Y ahora la gran pregunta, que tambien va sobre las medicinas...
¿porqué los dentifricos y medicinas para niños saben tan bien en comparacion con las de adultos?¿tanto les cuesta añadirle sabor, no creo que sea por coste de producto?
ahi dejo eso...
Lo que me parece increible es que tu aita haya ido a carrefour xDD
Pues podéis salvarme de mi sufrimiento, cabrones, y regalrme un tubo de eso que esnifáis...
La cola blanca la tiene Esther escondida, se debía gastar muy rápido... Sólo tienes que ir y pedirle.
Por cierto, enhorabuena (o no) por tu conversión a indefinido!
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