martes, 12 de febrero de 2008

¡Qué fuerte, qué fuerrrrrrte, tía!

Hace mucho que no actualizo el blog.

Estoy ligeramente mosqueado, amigos. Ayer nos convocaron a los programadores que compartimos mesa para echarnos la bronca. ¿El motivo? que debemos ser unos vagos y maleantes porque nos pasamos el día en internet.
Vale, es cierto que tengo -tenía- el navegador abierto prácticamente todo el tiempo, pero no estaba todo el rato pendiente de él. Soy una persona que no puede estar concetrada en el trabajo varias horas seguidas, porque me fundo y ya no sé ni lo que hago; necesito dispersarme un poco cada rato para mantenerme fresco. Y ahora no puedo.
Kiko el analista nos echó la bronca, sí. Pero a mi me pareció que la causa no era tanto que anduviésemos navegando como que terceras personas -si lees esto eres una zorra y mejor haces bien tu puto trabajo que andar mirando lo que hacemos los demás. ¡Y aprende a aparcar!- le hayan dicho que estamos todo el día en internet, comentando videos de Youtube o hablando.

No me molesta que me hayan echado la bronca; ellos son mis jefes y tengo que hacer lo que me digan. Lo que me jode son los metetes. No entiendo que haya gente a la que moleste que nosotros comentemos y hablemos. En definitiva, que queramos mantener un buen ambiente en el trabajo, de compañeros y amigos. No entiendo a la gente que juzga que seamos menos eficientes por leer foros o ver algún video. Y además, esa gente es la que mejor haría en callarse... porque todos se ponen ciegos a ver esas putas presentaciones de powerpoint en horas de oficina, o se pasan buenos ratos hablando por el puto móvil que, además, tiene un horrible politono musical a un volumen absurdamente alto. A mi me desconcentra mucho más cada vez que llaman a la Rubia Culona con sus desagradables y chillones tonos que leer el puto foro o correo que se tercie, me van a perdonar. Y tampoco bajamos a fumar.

Además, me toca los huevos que nos llamen la atención a nosotros por esto, y no lo hagan con quienes no siguen las normas de vestuario y vienen en vaqueros mientras nosotros vestimos caros y decimonónicos trajes. Y qué decir de aquellos que cogen turnos de comida que no les corresponden, no se lavan las manos después de mear/cagar, no tiran de la bomba, hablan a gritos,... Vamos, se aplican sólo unas normas y sólo para unos.

Y como colofón, me parece poco eficaz que la persona que te ha aplicado un correctivo, haga gala de los comportamientos considerados incorrectos que trata de erradicar apenas 10 minutos después de la charla, enseñándote unas fotos de su amigo travelo en carnaval. Incongruente y disoluto, cuando menos, ¿no creeis? Joder, ¡es que además el tío es parte del comité sindical!

Uno no puede evitar hacer comparaciones con esas empresas y oficinas sobre las que se lee en internet -¡palabra maldita!, ¡¡¡palabra maldita!!!- donde hacen actividades divertidas entre todos los compañeros -videoclips, juegos, excursiones, sexo grupal- fomentando el buen rollo y haciendo que los empleados se sientan mejor y se impliquen más, aumentando la productividad. No sé quién cojones fué el genio que pensó que lo mejor para que los empleados rindan es tenerlos perreados, ponerles bozal y que sientan todo el rato sobre sus cabezas la posibilidad de perder el trabajo y/o ser castigados. Menuda gilipollez...

En fin, 18 dias más y seré indéfinido, más adinerado y, paradójicamente, más libre para largarme a dónde me salga de los huevos :)

P.S. ¡¿Qué hacéis leyendo esto?! ¡A trabajar, pringlesclavos! Arbeit Meit Frei.

Now listening: Doy el callo por dinero, no se qué y no se cuantos, pero a mí dame dinero... by Homer Simpson.

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