Mi pareja trabaja en un centro comercial y los viernes, después del trabajo, suelo ir allí para comer con ella. Como no sale hasta las cuatro, y yo llego allí para las 15.30, habitualmente me llevo un manga y el Meizu para escuchar música. Pero otras veces solo llevo música y me pongo a observar a la gente que pasa que, para el que no lo sepa, es un gran entretenimento. Una vez vi pasar a Monty -alias Gargantúa- y su novia, pero no es de ellos de quien vengo a hablaros.
Akia ya me había advertido sobre un vigilante de seguridad o segurata -técnicamente Prosegurata- que, me contaba ella, es un pesado de los de dar miedo y tira la caña a cualquier dependienta del centro que vea en un radio de 15 metros.
Uno de esos días observadores le ví, y desde entonces varias veces más. Pero cuando le ví jugando con las esposas -que lleva- me quedó claro que era carne de blog, el tío.
Calvo, bastante alto y corpulento, se pasea por el centro, bien alto su calvo cabezón, con cara de Harry el Sucio cuando dice lo de "Make my day"; pavoneandose meneando los hombros como un gorila y perdiendo el culo cuando ve a una dependienta. Él pierde el culo por alcanzarla mientras la dependienta de turno lo pierde por escapar. Joder, parece un sketch de Benny Hill pero no da ni risa de tan patético que es. Y creedme, todas huyen. Mi señora, cada vez que pasamos junto a él, me insta a apretar el paso. Yo siempre le respondo que si se acerca a dar la tabarra le mando a la mierda y tan felices, pero siempre me arrastra.
De vez en cuando se le puede ver, cuando no hay moza cerca, jugueteando con sus esposas; cerrando y volviendo a abrirlas como un poli cutre de una película americana.
Y es que, con sus actitudes, parece adicto a películas policiales. Sin embargo no llega a ser más que un triste segurata de centro comercial. Seguro que le causa muchas frustraciones.
Bueno, voy a dejar de despellejar a este tipo y a comerme un mini-brazo de gitano que es el cumpleaños de Rubinho.