miércoles, 18 de junio de 2008

El segurata.

Mi pareja trabaja en un centro comercial y los viernes, después del trabajo, suelo ir allí para comer con ella. Como no sale hasta las cuatro, y yo llego allí para las 15.30, habitualmente me llevo un manga y el Meizu para escuchar música. Pero otras veces solo llevo música y me pongo a observar a la gente que pasa que, para el que no lo sepa, es un gran entretenimento. Una vez vi pasar a Monty -alias Gargantúa- y su novia, pero no es de ellos de quien vengo a hablaros.

Akia ya me había advertido sobre un vigilante de seguridad o segurata -técnicamente Prosegurata- que, me contaba ella, es un pesado de los de dar miedo y tira la caña a cualquier dependienta del centro que vea en un radio de 15 metros.
Uno de esos días observadores le ví, y desde entonces varias veces más. Pero cuando le ví jugando con las esposas -que lleva- me quedó claro que era carne de blog, el tío.

Calvo, bastante alto y corpulento, se pasea por el centro, bien alto su calvo cabezón, con cara de Harry el Sucio cuando dice lo de "Make my day"; pavoneandose meneando los hombros como un gorila y perdiendo el culo cuando ve a una dependienta. Él pierde el culo por alcanzarla mientras la dependienta de turno lo pierde por escapar. Joder, parece un sketch de Benny Hill pero no da ni risa de tan patético que es. Y creedme, todas huyen. Mi señora, cada vez que pasamos junto a él, me insta a apretar el paso. Yo siempre le respondo que si se acerca a dar la tabarra le mando a la mierda y tan felices, pero siempre me arrastra.

De vez en cuando se le puede ver, cuando no hay moza cerca, jugueteando con sus esposas; cerrando y volviendo a abrirlas como un poli cutre de una película americana.
Y es que, con sus actitudes, parece adicto a películas policiales. Sin embargo no llega a ser más que un triste segurata de centro comercial. Seguro que le causa muchas frustraciones.

Bueno, voy a dejar de despellejar a este tipo y a comerme un mini-brazo de gitano que es el cumpleaños de Rubinho.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pooobre, que nadie quiere jugar con él y sus esposas, jajajajaja. Qué chungo el tío!!!
Es increíble la clase de gente de la que depende nuestra seguridad. Como en todos los oficios, hay de todo, gente muy buena, gente menos buena y gente que no sabes cómo ha podido llegar ahí.
Pero es que a veces se ve cada cosa...

Osito dijo...

Es increíble como, debido a la escasez de seguratas por la cantidad de escoltas que se necesitan, a cualquiera le den unas esposas y una "licencia para patrullar".

Me ha tocado lidiar con alguno, y son de echar de comer a parte. Desde el típico que no sabe casi ni hablar al que te va de listo y de "¡¡yo soy la ley y aquí se hace lo que yo diga!!". En fin, que mejor preocuparnos de nuestra propia seguridad porque si tenemos que poner nuestro culo en manos de esta gente, vamos aviados.

Por cierto, si todas las dependientas del centro se juntasen y presentasen un escrito de recusación a la direccion por ese segurata, lo echarían o lo cambiarían de sitio ;)