Jamás usaría mallas. Es un error que se ha cometido en consecutivas generaciones de superhéroes. No quiero decir que no me sentarían bien, no me malinterpretéis. Mis fornidas y poco velludas piernas encuentran un aliado sin par en un envoltorio ajustado. No me las pondría porque son una horterada. ¿Y eso de llevar la ropa interior sobre las mallas? ¿A qué especie de memo-gay se le ocurrió semejante ridiculez?
No, yo usaría un caftán, paradigma de la comodidad oriental. Pero claro, al volar se me iban a ver las enaguas, así que por debajo llevaría unas bermudas de explorador de color verde. Para proteger los pies unas sandalias con calcetines, de las que usan los ingleses cuando van al Levante. No sólo prima la comodidad, en este revolucionario uniforme de superhéroe. Además me quitaría el engorro ese de tener que cambiarse en una cabina y tal. ¡Menudo coñazo! No, yo podría ir, perfectamente, con mi caftán y mis bermudas. ¿Cómo ocultaría su verdadera identidad?, os estaréis preguntando. Sencillo: cuando estuviera de incógnito, llevaría las faldas del caftán dentro de las bermudas, como si de una camisa étnica se tratase. Y en el momento indicado... sacaría las faldas y ¡tachán! nadie reconoce al héroe. Es fácil. Grandes ventajas tiene el caftán.
Sí, volaría. Volaría mucho. ¡Y muy bien! Pero nada de alas ni de inventos cochambrosos con impulsos de neutrinos ni rayos Z. No, yo usaría un método no contaminante a la par que elegante: un tirachinas gordo. El tirachinas se tensaría mediante un sistema mecánico a base de poleas y engranajes que tengo ideado en parte: he pensado que usará 457 poleas y 28 engranajes. No sé como ni porqué, eso es la segunda fase del diseño. Está en manos de mi equipo del MIT.
¿Estaría mi guarida en el polo norte? ¿Sería una cueva asquerosa bajo mi mansión? No, nada de eso. Mi guarida sería un cómodo loft en el centro de Uranus, con una plataforma para despegar, piscina cubierta en la azotea y conexión ADSL.
Pero falta lo más importante, amigos: el nombre de mi heroico alter-ego. Nada de supernosequé, ni nosequéman. Menuda mierda de nombres, de verdad. Mi nombre sería... ¡¡¡Rigoberto Fornicáñez!!! Vale, no es muy bueno. Yo en realidad quería ponerme Max Power (lo saqué de un secador de pelo), pero ya estaba pillado.
Si queréis contratarme para super-ayudaros heroicamente, llamad al 555-FORNICA. Coste por minuto 6€ + IVA.
Sí, esta entrada es una soberana tontería, lo confieso. Pero, ¿Cómo seríais vosotros si fuerais superhéroes?
Edit: Reto al Verdadero Jokin a que nos cuente en su blog que clase de superhéroe -o supervillano- sería él. Las únicas normas que le impongo son: que se creé un logotipo y que emplace a otra persona de su blogroll a contarnos que superhéroe sería. A ver si sale una blogchorrada en cadena.
3 comentarios:
Guante recogido.
La bola de nieve ha echado a rodar ¬¬ jajajaajajajajaj!
Y tanto, y tanto...
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