Es terrible anticiparse al dolor de un ser querido. Cuando sabes que en unas pocas horas estará sufriendo, aunque sea para su bien.
Al salir de trabajar, tengo que ir a casa y comer a toda prisa, porque tengo que llevar a mi padre al dentista para que le hagan unos implantes dentales. Y estoy nervioso porque sé que le va a hacer daño y va a pasar un par de dias malos, dolorido, incómodo, molesto. Lo sé porque hace un par de años mi madre también se puso los implantes -los problemas dentales de mi familia son de libro de odontología- y me partió el alma verla llorando por el dolor, como una niña pequeña.
Ella ahora está encantada y dice que merece la pena. Lleva meses reomendándoselo a aita. Pero yo no puedo borrar de mi memoria aquella imagen: cuando la acompañé del coche a casa, recién salida del dentista, y a ella le caían dos lagrimones. Cuando se cruzó con su mejor amiga y ni siquiera pudo pararse a saludarla.
Y mi padre lo va a pasar peor. Es más miedoso para esas cosas. De hecho, lo intenta ocultar, pero lleva unos dias muy tenso, y es por esto.
Es para su bien, lo sé. Pero estoy nervioso. No me gusta ver a los que quiero así, y saberlo con antelación es alargar la pena.
Pero cuando vuelva a ver a mi padre comiendo un bocadillo, de esos que antes comía y hace ya tiempo que no come porque no puede, sonreiremos los tres.
Edición de última hora: ¡el muy huevon está como una rosa! ni le duele ni nada. Un poco hinchado nada más.
Al salir de trabajar, tengo que ir a casa y comer a toda prisa, porque tengo que llevar a mi padre al dentista para que le hagan unos implantes dentales. Y estoy nervioso porque sé que le va a hacer daño y va a pasar un par de dias malos, dolorido, incómodo, molesto. Lo sé porque hace un par de años mi madre también se puso los implantes -los problemas dentales de mi familia son de libro de odontología- y me partió el alma verla llorando por el dolor, como una niña pequeña.
Ella ahora está encantada y dice que merece la pena. Lleva meses reomendándoselo a aita. Pero yo no puedo borrar de mi memoria aquella imagen: cuando la acompañé del coche a casa, recién salida del dentista, y a ella le caían dos lagrimones. Cuando se cruzó con su mejor amiga y ni siquiera pudo pararse a saludarla.
Y mi padre lo va a pasar peor. Es más miedoso para esas cosas. De hecho, lo intenta ocultar, pero lleva unos dias muy tenso, y es por esto.
Es para su bien, lo sé. Pero estoy nervioso. No me gusta ver a los que quiero así, y saberlo con antelación es alargar la pena.
Pero cuando vuelva a ver a mi padre comiendo un bocadillo, de esos que antes comía y hace ya tiempo que no come porque no puede, sonreiremos los tres.
Edición de última hora: ¡el muy huevon está como una rosa! ni le duele ni nada. Un poco hinchado nada más.
1 comentario:
Vaya, pues me alegro de que le haya ido bien a tu aita. Ir al dentista es lo peor, yo me pongo nerviosa hasta cuando voy a las revisiones rutinarias. Pero es que yo soy un poco así. ;-)
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