domingo, 28 de octubre de 2007

Hora más, hora menos.

Por si alguno de mis despistados lectores no se ha enterado, esta noche era la indicada para cambiar la hora. A las 3 eran las 2. Pero sólo una vez, porque si cada vez que son las 3 cambiais a las 2, viviréis permanentemente entre las 2 y las 3 de la madrugada de hoy y, joder, eso tiene que ser duro.

Esta noche hemos recuperado una hora; una hora que perdimos hace un semestre y que nos hizo dormir una hora de menos. Esta noche hemos dormido una hora más. Hemos desayunado una hora más tarde, comeremos más tarde, iremos a dormir más tarde... Por no hablar de tener que cambiar todos los relojes de la casa -menos mal que la informática nos ayuda en esto- ¡Esto es una locura para los biorritomos! Aunque, bien es cierto, es mucho peor cuando perdemos la hora que cuando la recuperamos. Por eso tengo una propuesta que hacer:

Es una genial idea que se me ha ocurrido cuando me he levantado a las 9 -u 8- a echar un chorrito. Lo que tendríamos que hacer es atrasar una hora el reloj... ¡cada mes! Por ejemplo, todos los primeros sábados de cada mes, a las tres serían las dos. Dormiríamos una hora más. Y cada 24 meses, la hora volvería a estar en su sitio. O cada 12 meses, si nos cargamos la chorrada esa de las 24 horas. 12 es 12, así que...

¿Os parece genial o los biorritmos me han jodido el cerebro?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Menudas revelaciones tienes a las 9 y 8 de la mañana. A esas horas el resto de los mortales tenemos que pensar hasta para acordarnos de cómo se hace eso de abrir los ojos para ver.
Si es que...
Como idea no está mal, todo lo que sea ganar horas en lugar de perderlas...