sábado, 7 de julio de 2007

Kim Jong-Il y Fernando Alonso.

Anoche estuve viendo un interesante reportaje de investigación firmado por Jon Sistiaga que hablaba sobre el estado político-social de Korea del norte. Vamos, que hablaba de censura, de falta de libertades, de megalomanía, de Gulags -o su equivalente en koreano-, etcétera.
Por si alguien no lo sabe, Korea del norte es la última dictadura comunista al estilo soviético. En comparación Cuba es el paraiso de las libertados. El líder -querido lider, le llaman allí- es hijo del anterior dictador, Kim-Il Sung, que fué quien liberó la zona norte de la península de los japoneses y fué declarado presidente eterno.
Su hijo, el líder, es un megalómano que se sale de toda escala: llega a extremos como que esté prohibido darle la espalda a una representación suya o de su papaíto, o pasar por delante sin hacer una reverencia. Y hay muchísimos cuadros y estatuas. De hecho, hay miles de sellos con su efigie que no se pueden usar, porque no se permite lamer el reverso; tampoco se permite doblar los billetes que lleven su careto para meterlos en la cartera. Y claro, como buen dictador totalitario y megalomano, tiene un impresionante aparato de propaganda, un ejercito de despiadados censores y un enorme ejercito capaz de matarte o llevarte a un campo de trabajo sin pestañear si quiera. Todo lo que hace el líder se exagera hasta extremos increíbles: dicen que el líder ha escrito 18.000 libros y otros cientos de miles de mentiras más. Él lo hace todo bien, y se tiene que defender todo el tiempo de enemigos y traidores. Un lavado de cerebro constante. Y aquí quería yo llegar.

Esta mañana, mientras desayunaba, he puesto la tele; estaban dando Más que coches: competición. En ese momento, estaba Gonzalo Serrano comentando un resumen de la carrera de Formula1 del pasado fin de semana, en Magny-cours. Y ¿sabéis qué? Alonso es perfecto, cuasi divino, y se defiende constantemente de los ataques de todos los demás pilotos. Y hasta de su propio equipo que, según Serrano, "carecía totalmente de estrategia". Ah, y Hamilton es el enemigo en casa; muy mal piloto, pero con mucha suerte. Y todos lo ayudan, claro, porque todos están en contra de Alonso, el líder, porque es bueno, justo y... ¿encontráis algún paralelismo?

Tele5 es el aparato de propaganda de Fernando Alonso -aunque probablemente sin que él sea consciente de ello- y Gonzalo Serrano y Lobato son los censores-desinformadores. Ya perdonaréis la vanalización.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo vi el final de ese reportaje sobre Corea del Norte.
Es-pe-luznante.

Anónimo dijo...

Una comparación muy cachonda. !Ya te vale!