viernes, 7 de marzo de 2008

¡Supervivientes!

¡Lo conseguimos! ¡Hemos sobrevivido al 7M!

A eso de las 11.30, ha venido un compañero que se cambia de empresa diciendo, como es tradición -o era, que últimamente no-, que teníamos un hamaiketako en la cafetería. Y claro, bajo la promesa de tortillas y aperitivos, hemos bajado alegres y ufanos.
Tras socializar un rato y comer un poco, avariciosos nosotros, hemos decidido subir al de poco tiempo para poder disfrutar, posteriormente, de nuestro descanso. Nos hemos dirigido hacia el ascensor, pues, para subir hasta la oficina. El ascensor tiene un límite de 8 personas y 8 personas nos encontrábamos en él. Pero con esto no se hace una historia, así que, antes de comenzar a subir, un noveno individuo -al que nos referiremos como Hombre Gé- ha llamado y la puerta se le ha abierto. Le hemos advertido que no había sitio para él, a lo que nos ha respondido, en un alarde de optimismo bilbaíno, que no iba a pasar nada. Cinco segundos más tarde el ascensor se ha parado entre plantas.
¡Intenta abrir la puerta!- ha dicho alguien. Lo han intentado pero sólo se ha movido unos dos centímetros y 3 milimetros. Mmmm, por ahí no cabemos. Zalora ha pulsado la alarma, pero no el tiempo suficiente para abrir comunicación con la central del fabricante del ascensor.
Hay que pulsar cuatro segundos, Zalora.- Ella pulsa, pero no lo suficiente. -Eso no han sido cuatro segundos.- Vuelve a pulsar. -Eso tampoco han sido cuatro segundos.- Lo intenta una vez más; esta vez sí. No hay respuesta.

Lo cierto es que, más que ponernos nerviosos, nos hemos cachondeado de todo lo cachondeable. O quizás nos hemos cachondeado por estar nerviosos. Bueno, Zalora sí estaba nerviosa, ya que es claustrofóbica y era la única mujer de entre nueve informáticos encerrados en unos dos metros cuadrados. Sus ojos inyectados en sangre no se han notado debido a sus gritos histéricos.

Al de un rato hemos oido un modem conectándo a algún lugar remoto, y al poco una voz. Teresa ha dicho que se llamaba. Le hemos explicado la situación y nos ha dicho que esperemos, que venian a por nosotros. Le hemos prometido muy seriamente que no ibamos a movernos de allí.
Y nos nos hemos movido; allí estábamos soltando coñas, echando unas risas, jugando al móvil... hasta que se ha apagado la luz. Entonces los móviles se han usado para iluminar, para poner música... O sea, luces de colores que se movían, un lugar cerrado donde hacía calor, música electrónica... joder, ¡hemos montado una puta rave en el ascensor!
Al rato ha vuelto la luz, acompañada de un molesto pitido del ascensor. Hemos pensado que la habían reiniciado para ponerla en marcha. -Dale al uno- ha dicho alguien. Nada. Bueno sí; según la pantalla del ascensor estábamos en el piso "--", o sea, el purgatorio.
Entonces nos ha entrado la paranoia Prison Break. Yo me he tatuado el plano del ascensor en el escroto. No es muy elaborado, pero sirve. Dos pringle, cuyos nombres no trascenderán, se han dedicado a jugar al famoso juego gayer-carcelario de mesácaíoeljabón, y al de mantenimiento le dado por imitar al guardián de la prisión, porque, tras preguntar cuántos estábamos encerrados y que Deivid le respondiera con total sinceridad, nos ha dico "¡Iros a tomar por culo!". Antes de preguntar nos había conminado a no movernos con un escueto "!Estaros quietos, hostias!".
Vale, en el fondo tenía razón, pero no en las formas. ¡Puto Jesucristoeldemanteni!

Por eso, cuando nos han abierto las puertas, hemos salido como niños que han sido cogidos en falta, esperando la bronca que, efectivamente, ha llegado. Yo he pasado un poco del tema, la verdad.
Ha sido una media hora bastante divertida -menos para Zalora- y, si no hubiera sido por las ganas de orinar y el calor, estaría mejor allí que en la oficina. Bueno, para orinar podíamos usar el pantalón de Monty, que ya fue mancillado. Es una historia que, si quiere, ya os contará él.

Con dias como hoy el blog se escribe solo.

P.S. Dentro de 9 meses nacerá una criaturita a la que pondrán de nombre Otis.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Menos mal que yo no estaba... Claro que me habría bajado a tiempo, presa del agobio :)

Anónimo dijo...

Itzela benetan! Zorionak testuagatik! Kristan barreak bota dodaz...