martes, 11 de marzo de 2008

Jaun zuria, el señor blanco.

Cuenta la mitología vasca que Jaun Zuria fué el primer señor de Bizkaia. Existen multitud de variantes sobre la leyenda, pero la gran mayoría confluyen en situarlo en Mundaka y en atribuirle orígenes extranjeros. Personalmente, la que más me gusta es la que habla de Lemor MacMorna de Irlanda:

Hace mucho tiempo vivió en Irlanda un buen rey llamado Morna. Todo el pueblo amaba al rey y a sus dos hijos, Lemor y Armin, jóvenes nobles y bondadosos.
Una mañana, el rey y sus hijos, acompañados de muchos criados, salieron a cazar jabalíes a un bosque cercano, donde eran abundantes. Con intención de cercar a los jabalíes, el rey y unos criados entraron por un lado del bosque, y los príncipes y el resto de sirvientes por el otro.
¡Ahí va un jabalí, por entre esos grandes robles!- Gritó Lemor, el heredero, y disparó una flecha. Él, su hermano Armin y los criados fueron a cobrarse la pieza, pero Lemor había fallado y no había dado al jabalí. Oyeron entre los árboles un grito de agonía. Al acercarse pudieron ver al rey tendido en el suelo. Una flecha se hundía en su pecho. Murió instantes después.
Todos lloraron la muerte, y Lemor se encontraba desgarrado por la pena y la culpa.

Volvieron al castillo y, al conocer los habitantes el luctuoso hecho, lloraron la muerte del rey. Los ancianos jefes se reunieron en consejo. Largas horas estuvieron debatiendo hasta llegar a una decisión. Cuando la tomaron llamaron a Lemor.
-En contra de vuestra voluntad, vuestra flecha ha dado muerte a vuestro honorable padre. Por eso, Armin, vuestro hermano menor, será el que heredará el trono de nuestra patria en lugar de vos. Al alba deberéis partir, con dos de vuestros criados, para no volver jamas. Partiréis por mar y nunca más volver. ¡Que buenos vientos os acompañen y el cielo os sirva de guía!

Como había sido ordenado, Lemor y sus dos criados más valientes y fieles partieron antes de que el sol asomara en el oriente. Pasaron muchos dias en la mar, tristes y fatigados.

Al fín, Lemor vió tierra. Al arribar a la costa, él y sus compañeros quedaron impresionados. La tierra que los acogía era tan verde y hermosa como la propia Irlanda que habían dejado atrás.
Era la tierra de los vascos, gente amable y generosa. Al ver a los extranjeros en la playa, agotados y hambrientos, los habitantes de aquel lugar, de nombre Mundaka, hombres mujeres y niños, dejaron sus trabajos y acudieron a auxiliar a los recién llegados. Lekobide, el rey vasco, al conocer su trágica historia, les ofreció una segunda patria donde vivir. Cada uno de ellos fué llevado al hogar de una familia hospitalaria, donde viviría como un miembro más. Lemor, siendo príncipe, fué acogido por Lekobide y su familia.

Pasó el tiempo y los tres que habían llegado de tierras lejanas se convirtieron en miembros de los vascos. Todos eran felices, especialmente Lemor, que se había enamorado de la hija del rey y, con permiso de este, iba a casarse con ella.

El día de la boda, el rey Lekobide cayó gravemente enfermo. Para agravar la tragedia, además, llegaron noticias de los enemigos del este, los Astur-leoneses, avanzaban rápidamente en son de guerra.
Zer eingo dogu Lekobide barik!- Gritaron los vascos en su idioma. -¡Qué vamos a hacer sin Lekobide!.- Eran hombres valientes, pero necesitaban un líder.
Lekobide, desde el lecho de muerte, dijo: Han pasado muchos años desde las últimas guerras. Ahora soy anciano y estoy enfermo. No puedo guiaros en la batalla, hermanos mios. Pero hay alguien aquí que sí puede; alguien con sangre noble y noble corazón: Lemor, mi yerno, será ahora vuestro rey.

Lemor intentó reusar, pero los vascos no se lo permitieron. -Tú eres nuestro rey- decian. -¡guíanos en la batalla y derrotemos al enemigo!- Por fin Lemor, poniéndose a la cabeza de las tropas, se despidió de su esposa y se lanzó montaña arriba al encuentro del enemigo invasor. Pronto los vascos, a las órdenes del rey Lemor, conquistaron a los Asture-leoneses en la batalla de Padura. Y persiguieron a los supervivientes hasta el árbol Malato, donde el rey estableció la frontera de Bizkaia.

Los vascos volvieron en marcha triunfal y las vascas los recibieron con los brazos abiertos y alegres vítores.

Se dice que desde entonces Lemor y su esposa tuvieron descendientes dignos representantes de dos razas nobles.


Existen, además de esa, otra versiones de la leyenda. Por ejemplo, una que dice que Jaun Zuria era hijo de una princesa escocesa y un vasco. Jon Juaristi recoge en la colección "temas vascos" dos variantes de esta historia, la una localizada en Mundaka y la otra en Busturia. Unas versiones dicen que venía embarazada y otras que el dios Sugaar la preñó.
Otra dice que era hijo de un normando y una princesa mundaquesa.
Según la Wikipedia "buscando los orígenes de la leyenda, y una explicación para la abundancia de rubios de ojos claros en esa parte de Vizcaya, algunos autores, como Jon Bilbao, creen que Jaun Zuría era en realidad un miembro de un grupo de vikingo que se habían asentado en la ría de Mundaka, mientras otros, como Jon Juaristi piensan que podía ser un noble de un grupo de exiliados sajones que huyeron de su tierra al ser desplazados por los vikingos".

Una historia apasionante, como veis, que todo vasco y, especialmente, mundaques debería conocer.

EDICIÓN: Una bonita excursión siguiendo los pasos de la leyenda que os propongo: Salir con viento de componente norte desde las costas de Cork hacia la costa cantábrica. Una vez en el cantábrico, buscar La Gaviota, el cabo Matxitxako o la isla de Izaro para orientarse y poder llegar a Mundaka. La entrada al pueblo puede ser, bien por el puerto, bien por la playa; al gusto del consumidor.
Se puede pasar la mañana por Mundaka y alrededores, en la hermosa Urdaibai, por donde Jaun Zuria pudo pasear, trabajar y pensar.
Tras comer en uno de los muchos y variados restaurantes de la zona, propongo coger el coche y encaminarse a Arrigorriaga -que, siguiendo el mito debe su nombre a las piedras teñidas de sangre durante la batalla de Padura- por el nuevo corredor del Cadagua, y allí intentar descubrir el secreto de las piedras rojas. En esta excursión con audioguía y cómic se visitan lugares relacionados con la batalla y con Jaun Zuria. Es un paseo de unas 3 horas y un kilómetro y medio.
Para terminar, siguiendo hacia el sur, llegar hasta Luiaondo y visitar la Cruz de Malato, donde en tiempos estuvo el árbol.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy interesante!!!
Llevo desde que hemos subido de comer leyendo todos los enlaces que as puesto.