lunes, 31 de marzo de 2008

X Jornadas Motsukora.

Lo he pasado realmente bien :)
El viernes después de comer nos presentamos Akia y yo en la casa de cultura Clara Campoamor de Barakaldo. Pese a que las jornadas comenzaron ya el martes nosotros, trabajadores por cuenta ajena, no habíamos podido pasarnos antes. Bueno, pues allá que fuimos el viernes.
No había mucha gente, pero tampoco estaba vacio. La parte del hall, donde se encontraban las exposiciones y la zona de biblioteca/juegos de mesa estaba bastante concurrida y no había sillas libres. Cuando vimos que se libraron un par de sillas nos sentamos para disfrutar de algunos manga mientras haciamos tiempo para los dos eventos que más nos interesaban aquel día -y se nos unieron Baklum e lnfern0-: Ramen Picante y Jan-Ken-Pon!

Ni Akia ni yo habíamos asistido nunca al concurso de Ramen Picante y he de decir que fué hilarante hasta las lágrimas. Al menos para los asistentes.
Por si no lo habéis deducido ya, el concurso consite en comer un bol de sopa de fideos china/japonesa en el mínimo tiempo posible. Pero los de Motsu, en un alarde de crueldad y cabronismo, añadieron alguna salsa picante más a la sopa -que además estaba muy caliente-, haciendo subir la cantidad de Scoville Heat Units en varios miles. Aún así, para no quedarse cortos, no vayan a decir que los vascos nos echamos atrás, los concursantes debían chupar un par de pastillas de mentol -al grito de ¡chupa! ¡chupa! del presentador- para comenzar a engullir la sopa con un aliento fresco.
Las caras de los concursantes no tenían precio: acalorados rubores, sudoración, lágrimeo, espasmos incontrolables, úlceras, hemorroides y nauseas. Todo ello acompañado de una panda de cabrones gritando ¡traga! ¡traga! ¡traga! mientras dejan constancia del sufrimiento de los concursantes con cientos de fotos y videos. Lo siento, concursantes, pero fué descojonante.

Y después del Ramen y del resultado del fast-cosplay le tocó el turno a otra de las pruebas señeras de las jornadas de Motsukora: Jan-Ken-Pon!el Jan-Ken-Pon es el conocido piedra-papel-tijera, pero en Motsu tiene un importante añadido que lo hace genial: El que gana el piedrapapeltijera ha de golpear al oponente en la cabeza con un martillo de juguete , y que éste emita su característico sonido; en cambio el perdedor ha de cubrirse con un casco para evitar ser golpeado. Si un jugador golpea al contrario 2 veces gana.
Puede parecer una chorrada, pero la verdad es que es desternillante. Además las anécdotas que ocurren durante el lance de la competición son muy graciosas, como por ejemplo, cascos y martillos que vuelan, gente que imprime más fuerza de la necesaria, tropiezos, caidas, intentos de agresión con el casco en vez de el martillo, uno chico que se lió y en vez del martillo quiso usar su "piedra" para golpear a la oponente... no paramos de reir, la verdad.

Sábado: a mi santa le tocaba trabajar, así que cogí a lnfern0 de la coleta y le arrastré una vez más a Barakaldo; allí nos encontramos una vez más con Baklum, su hermana, Valky, Greenfinc, Tris, A2Metal... y la puta de bastos. Siendo sábado y habiendo Cosplay y Karaoke preparados -que son los dos eventos más masificados en cualquier concentración otaku- la casa de cultura estaba a reventar; la amable organización puso a nuestra disposición una nutrida prole de emos adolescentes contra los que descargar nuestras frustaciones mediante palizas inmisericordes mientras ellos decian cosas emos. No os lo toméis en serio, lectores emos, que no quiero tener vuestros suicidios en mi conciencia.

El concurso de Cosplay estuvo bastante bien, con algunos disfraces geniales -Kon gigante, SuperCoco, un niño vestido de Tony Tony Chopper, Angemon desmontable...- y con gran mérito por parte de los participantes, ya que el calor que hacía era dificil de aguantar vestido normal...
El Karaoke me resultó un poco más pesado, sobre todo porque no se oía bien y la gente no callaba para dejar oir. Además, la mayoría de las canciones seleccionadas eran baladas y resultaba demasiado... tranquilo.
Varios participantes ni siquiera se conocian la canción y la leian sobre el escenario, nada más. Incluso yo canté mejor algunas cosas desde mi sitio...

¡Y al terminar se bailó el One night carnival!

Al término de las jornadas, después de la entrega de premios, conocí a dos integrantes de la Euskal Herriko Go Elkartea, juego que me encanta aunque soy bastante malo. Es una pena que no pudiera hablar con ellos más que un par de minutos, pero me informaron sobre sus puntos de reunión y, en cuanto pueda, ire a echar una ojeada. ¡Saludos, Zuriñe y Jesús!

A ver si me pasan las fotos y videos que sacaron los dos dias ;) Mientras tanto podéis tirar de este enlace del foro de Motsukora y buscar en Youtube.

viernes, 28 de marzo de 2008

Office Basket.

El Office Basket es un deporte indoor que se juega, principalmente, en oficinas y despachos, aunque puede jugarse en otro tipo de lugares de empleo o en el entorno estudiantil.
Puede parecer un deporte poco activo -¡incluso pasivo!- y un poco chorra. ¡Pero no! es un deporte de riesgo. Sí, sí. De riesgo, como lo oís. Nosotros en Cromañon, la empresa, tenemos que hacer los lanzamientos ocultándonos de miradas reprobadoras y acusaciones estúpidas.
La mecánica es simple: hacer pasar la pelotita por el aro -siempre es meterla-. Y todo lo que se necesita es una canasta y una pelota. Vamos, sencillo.

Os explico cómo fabricaros el equipamiento:
-La base para la canasta: una canasta necesita una base. Nosotros la hemos fabricado con una caja de Donetes de algún cumpleaños o algo así y que teníamos sobre la mesa. De contrapeso usamos un portalapices, una grapadora... material de oficina variado, vamos.
Pero una solución casi mejor que se me acaba de ocurrir porque soy una persona creativa y jamás paro de reflexionar es pegar con cinta adhesiva 3 botellines llenos de agua -ni orines ni whiskey barato ni pollas en vinagre-.

-La canasta propiamente: uno de los dos elementos más importantes. Para fabricar una canasta, se baja uno a la cafetería y coge un vaso de plástico. Se le recorta el culo de manera que resulte un poco curiosito y se pega, con cinta adhesiva una vez más, a la base que hemos fabricado previamente y a una altura apropiada. Ya tenemos canasta.

-El tablero: no es un elemento necesario, pero viene bien y mola mogollón. Y bien podéis escaquearos un rato más del curro y hacerlo. Hace falta una especie de papel o cartón rígido. Nosotros utilizamos el panfleto de un restaurante que, debidamente doblado, adquirió una rigidez estupenda.
Se pega a la base, justo encima de la canasta -como el tablero de toda la vida, vaya- con la ya famosa cinta adhesiva. No racaneéis que paga la empresa.
Hay que pintar el tablero como los del baloncesto de toda la vida y es necesario dibujar un marcador de tiempo de posesión con caracteres de estilo digital. El número debe ser 18; no explicaré el porqué, ya que resulta evidente y sólo un tonto del haba preguntaría.

-Pelota: nosotros empezamos a fabricar una pelota con el papel de aluminio que utilizamos para la comida, pero la pelota resultaba un poco dura y rígida y, además de estropear más rápidamente la canasta, el ruido alertaba a los perros -jefes- que nos miraban con cara de pocos amigos. Jó, qué cara me puso Alf...
Lo del ruido lo solucionamos colocando una manta de servilletas bajo la canasta que amortiguaban la caida. Afortunadamente Deivid tiene una pelota de caucho de una medida, peso y dureza perfectos para el correcto desarrollo. Se la conoce como Pelota de Pringlereglamento.

Se coloca la megaestructura sobre la mesa -o entre dos mesas, como nosotros- y... ¡empieza el partido!
Resultado del primer partido oficial tras un día de entrenamientos libres: Master_dame_px 10 - 8 20R3Mun. Un emocionante partido donde 20R3Mun ha comenzado dominando con un parcial de 4 a 0 hasta que Master_dame_px ha pedido un tiempo muerto para leer el correo y el visitante -20R3Mun- ha perdido el ritmo. Tras eso una remontada agónica de Master hasta colocarse 8 iguales en el marcador. El partido se ha decidido en un lanzamiento con un posible tapón ilegal que se ha dado por tanto válido.
Detalle de tapón ilegal: pelota enganchada al tablero mediante el tapón de plástico que se usa para colgarlo al retrovisor.


Pronto más deportes de oficina y, quien sabe si unos Juegos Olímpicos como en The Office.

martes, 18 de marzo de 2008

Mi apoyo a Armando y al Athletic.

Quiero mostrar públicamente mi apoyo a Armando Riveiro y al Athletic.

Supongo que a estas alturas todos estaréis enterados de la terrible agresión que sufrió el guardameta de Los Leones en el estadio del Betis. Hoy se reune el comité de competición y, se supone, valorará el hecho y la sanción que debe serle impuesta al club sevillano.
Presumiblemente se cometerá una injusticia para con el Athletic: Se tendrán que jugar los 20 minutos de partido que quedan y sólo obligarán al Real Betis a desplazarse a otro estadio que no sea el suyo; sanción ridícula teniendo en cuenta que jugarán en su misma ciudad a un par de kilómetros de su estadio como ya hicieran en otra ocasión. El Betis, que no tiene nada que perder y todo que ganar, jugará 20 minutos con 6 delanteros y a intentar ganar. ¿Se recompensará al infractor? Yo creo que sí.

¿Qué ha pasado en el Betis para que, de ser el equipo simpático y humilde -en cuanto a la gente, no en fútbol ni fichajes- haya pasado a ser una de las aficiones más ofensivas, agresivas, faltonas y temibles, y que su estadio sea de alto riesgo? En los últimos años las agresiones se han multiplicado, la afición es beligerante y peligrosa. ¿Que qué ha pasado? os lo diré claro: Manuel Ruíz de Lopera.
Desde que este tipo, especie de dictador fascistoide, megalómano y ofensor, esta repugnante mezcla de Mussolini y Doña Rogelia, se ha encargado, desde su púlpito dorado de presidente-dueño del Real Betis, de arengar a los más violentos y radicales de su afición, a justificar sus conducta de bestias descalificando y despreciando a árbitros y rivales. Cantando el pobrecito yo, que me echan la bronca.
Claro ejemplo de esto pudimos ver el sábado, cuando uno de los dirigentes del Betis dijo, y cito textualente, que "la gran víctima de esto es el Betis". Con dos cojones y un palito, mi amigo el sevillanito.

Los hechos son muy graves, compadres. No sólo casi le saltan un ojo al portero y, con todos mis buenos deseos por delante, aún no se sabe si podrá seguir desempeñando su trabajo con total normalidad, como antes de la agresión. Por si esto no hubiera sido suficiente, al salir todos los jugadores, incluido Armando, tuvieron que sufrir insultos y amenazas de cientos de béticos, algunos neonazis, otros simplemente gilipollas. Y después, a por los periodístas vascos desplazados: Jose Iragorri, Alberto Negro,... ¡Los periodistas tuvieron que ser escoltados por la policia mientras unos hijos de puta gritaban sig heil!

Debería darse el partido por ganado 0-3, clausurar el estadio Ruiz de Lopera y restarles 6 puntos en la clasificación; uno por cada punto de sutura que han dado a nuestro portero.
Pero me temo que quedará en una multita de 5000€ y que jueguen un par de partidos en el estadio de La Cartuja que, además, está en mucho mejor estado de conservación.
¡Qué barato sale ser un hijo de puta!

¡Ánimo, Armando! Aupa Athletic!

Edición: De mano de Master_dame_PX un documental de un montón de gorilas béticos.

lunes, 17 de marzo de 2008

Lá Féile Padraig! Happy St. Patrick's day!



Como descendiente directo de Lemor MacMorna que soy, me he visto obligado a felicitaros el día de St. Paddy. La postal es obra de mi amiga Valkyrie, que es toda una artista. ¡Profesional, eh! ¡No os perdáis su increíble galería de Deviantart!

miércoles, 12 de marzo de 2008

Serie: The office (NBC).

Soy un Pringlebrown oficinista. Y como oficinista, no pude resistirme a esta sere sobre una oficina que se desarrolla en una oficina. No me resistí ni a Dilbert ni a la fabulosa The IT Crowd -al enlace me remito-, y no me he resistido a The office.

Empezó como una serie de bajo presupuesto para la NBC. Y la verdad es que, en los primeros capítulos, se observa que no fué hecha con muchas pretensiones. De todos modos adquirió un éxito inusitado.

Dunder Mifflin es una compañía distribuidora de papel que no está pasando por sus mejores momentos. Por eso, los directivos se plantean el cerrar una de sus sucursales. Lo que no saben es si cerrar la oficina de Scrampton o la de... no me acuerdo.
La oficina de Scrampton la dirige Michael Scott (Steve Carell), un impresentable. Un jefe que se cree que la mejor manera de motivar a sus empleados es hacer bromas y chistes que, en el mejor de los casos son pésimos. En el peor, homófobos, sexistas, racistas... y además sin pretenderlo él. Repito: es un impresentable. Es tan impresentable que, si ganase las elecciones presidenciales estadounidenses, sería más seguro para los ciudadanos que el pentagono disparase misiles nucleares hacia Rusia y China seguidos de un e-mail diciendo "a que no hay huevos de echar otro" que dejarle gobernar.
El tipo quiere ser majo y, en ocasiones, podría producir ternura. Pero es tan patán que no lo llega conseguir jamás. Es tan patán que he llegado a creer que la serie está producida por las patronales para dignificar a sus jefes. Ese tío dignifica casi a cualquiera.

Dwight K. Schrute (Rainn Wilson) es... joder, no se cómo describidlo. Imaginaros un psicópata de cinco años, al tío más trepa de vuestra oficina, al pelota de la clase, un impertinente y al doctor Zoidberg. Si lo mezcláis todo sale Dwight. Es el segundo de la oficina por el único mérito de ser un jodido pelota y principalmente, para que no de la barrila pidiéndolo. Su curriculum incluye artes maricales que practica en dojos donde él es el único adulto, ser Sheriff voluntario los fines de semana y ser tonto del culo.

Jim Halpert (John Krasinski) es un tipo divertido, con amigos, gracioso... y totalmente desmotivado en el trabajo. Es uno de los vendedores y sigue al pie de la letra trabajar lo mínimo posible y sacar dinero. Es amistoso y se lleva bien con la gente, en especial con Pam. Monta juegos en cuanto puede y no pierde una oportunidad para hacerle una jugarreta a Dwight, su compañero de mesa.

Como ya me he cansado de analizar los personajes de la serie y paso de seguir -si queréis os véis la serie y listos-.

Es divertida, pero queda muy lejos de las carcajadas que The IT Crowd me hace soltar. Normalmente, cuando te ries es más un "Jojojojojojo" que quiere expresar "no puedo creer que Michael haya hecho esa barbaridad/metido la pata así/sea tan imbécil/otras cosas malas". Las putadas que Jim hace a Dwight molan mucho, no lo voy a negar, pero son demasiado elaboradas para llevarlas a cabo en la propia oficina.
Con todo, hay momentos en que llegaría a agradecer que Michael fuera mi jefe. Pese a que es gilipollas integral, lo que pretende es que sus empleados sean amigos y que se diviertan en el trabajo. Y a mi me encantaría. Siempre estoy de coña en la oficina e intento echar unas risas siempre que puedo. Claro que aquí hay gente que, por ese tipo de cosas, te mira mal. Para ellos el trabajo bien hecho es puto sufrimiento, como las almorranas. ¿Tendrán almorranas?

Bueno, que la vean ustedes, ¡coño!

martes, 11 de marzo de 2008

Jaun zuria, el señor blanco.

Cuenta la mitología vasca que Jaun Zuria fué el primer señor de Bizkaia. Existen multitud de variantes sobre la leyenda, pero la gran mayoría confluyen en situarlo en Mundaka y en atribuirle orígenes extranjeros. Personalmente, la que más me gusta es la que habla de Lemor MacMorna de Irlanda:

Hace mucho tiempo vivió en Irlanda un buen rey llamado Morna. Todo el pueblo amaba al rey y a sus dos hijos, Lemor y Armin, jóvenes nobles y bondadosos.
Una mañana, el rey y sus hijos, acompañados de muchos criados, salieron a cazar jabalíes a un bosque cercano, donde eran abundantes. Con intención de cercar a los jabalíes, el rey y unos criados entraron por un lado del bosque, y los príncipes y el resto de sirvientes por el otro.
¡Ahí va un jabalí, por entre esos grandes robles!- Gritó Lemor, el heredero, y disparó una flecha. Él, su hermano Armin y los criados fueron a cobrarse la pieza, pero Lemor había fallado y no había dado al jabalí. Oyeron entre los árboles un grito de agonía. Al acercarse pudieron ver al rey tendido en el suelo. Una flecha se hundía en su pecho. Murió instantes después.
Todos lloraron la muerte, y Lemor se encontraba desgarrado por la pena y la culpa.

Volvieron al castillo y, al conocer los habitantes el luctuoso hecho, lloraron la muerte del rey. Los ancianos jefes se reunieron en consejo. Largas horas estuvieron debatiendo hasta llegar a una decisión. Cuando la tomaron llamaron a Lemor.
-En contra de vuestra voluntad, vuestra flecha ha dado muerte a vuestro honorable padre. Por eso, Armin, vuestro hermano menor, será el que heredará el trono de nuestra patria en lugar de vos. Al alba deberéis partir, con dos de vuestros criados, para no volver jamas. Partiréis por mar y nunca más volver. ¡Que buenos vientos os acompañen y el cielo os sirva de guía!

Como había sido ordenado, Lemor y sus dos criados más valientes y fieles partieron antes de que el sol asomara en el oriente. Pasaron muchos dias en la mar, tristes y fatigados.

Al fín, Lemor vió tierra. Al arribar a la costa, él y sus compañeros quedaron impresionados. La tierra que los acogía era tan verde y hermosa como la propia Irlanda que habían dejado atrás.
Era la tierra de los vascos, gente amable y generosa. Al ver a los extranjeros en la playa, agotados y hambrientos, los habitantes de aquel lugar, de nombre Mundaka, hombres mujeres y niños, dejaron sus trabajos y acudieron a auxiliar a los recién llegados. Lekobide, el rey vasco, al conocer su trágica historia, les ofreció una segunda patria donde vivir. Cada uno de ellos fué llevado al hogar de una familia hospitalaria, donde viviría como un miembro más. Lemor, siendo príncipe, fué acogido por Lekobide y su familia.

Pasó el tiempo y los tres que habían llegado de tierras lejanas se convirtieron en miembros de los vascos. Todos eran felices, especialmente Lemor, que se había enamorado de la hija del rey y, con permiso de este, iba a casarse con ella.

El día de la boda, el rey Lekobide cayó gravemente enfermo. Para agravar la tragedia, además, llegaron noticias de los enemigos del este, los Astur-leoneses, avanzaban rápidamente en son de guerra.
Zer eingo dogu Lekobide barik!- Gritaron los vascos en su idioma. -¡Qué vamos a hacer sin Lekobide!.- Eran hombres valientes, pero necesitaban un líder.
Lekobide, desde el lecho de muerte, dijo: Han pasado muchos años desde las últimas guerras. Ahora soy anciano y estoy enfermo. No puedo guiaros en la batalla, hermanos mios. Pero hay alguien aquí que sí puede; alguien con sangre noble y noble corazón: Lemor, mi yerno, será ahora vuestro rey.

Lemor intentó reusar, pero los vascos no se lo permitieron. -Tú eres nuestro rey- decian. -¡guíanos en la batalla y derrotemos al enemigo!- Por fin Lemor, poniéndose a la cabeza de las tropas, se despidió de su esposa y se lanzó montaña arriba al encuentro del enemigo invasor. Pronto los vascos, a las órdenes del rey Lemor, conquistaron a los Asture-leoneses en la batalla de Padura. Y persiguieron a los supervivientes hasta el árbol Malato, donde el rey estableció la frontera de Bizkaia.

Los vascos volvieron en marcha triunfal y las vascas los recibieron con los brazos abiertos y alegres vítores.

Se dice que desde entonces Lemor y su esposa tuvieron descendientes dignos representantes de dos razas nobles.


Existen, además de esa, otra versiones de la leyenda. Por ejemplo, una que dice que Jaun Zuria era hijo de una princesa escocesa y un vasco. Jon Juaristi recoge en la colección "temas vascos" dos variantes de esta historia, la una localizada en Mundaka y la otra en Busturia. Unas versiones dicen que venía embarazada y otras que el dios Sugaar la preñó.
Otra dice que era hijo de un normando y una princesa mundaquesa.
Según la Wikipedia "buscando los orígenes de la leyenda, y una explicación para la abundancia de rubios de ojos claros en esa parte de Vizcaya, algunos autores, como Jon Bilbao, creen que Jaun Zuría era en realidad un miembro de un grupo de vikingo que se habían asentado en la ría de Mundaka, mientras otros, como Jon Juaristi piensan que podía ser un noble de un grupo de exiliados sajones que huyeron de su tierra al ser desplazados por los vikingos".

Una historia apasionante, como veis, que todo vasco y, especialmente, mundaques debería conocer.

EDICIÓN: Una bonita excursión siguiendo los pasos de la leyenda que os propongo: Salir con viento de componente norte desde las costas de Cork hacia la costa cantábrica. Una vez en el cantábrico, buscar La Gaviota, el cabo Matxitxako o la isla de Izaro para orientarse y poder llegar a Mundaka. La entrada al pueblo puede ser, bien por el puerto, bien por la playa; al gusto del consumidor.
Se puede pasar la mañana por Mundaka y alrededores, en la hermosa Urdaibai, por donde Jaun Zuria pudo pasear, trabajar y pensar.
Tras comer en uno de los muchos y variados restaurantes de la zona, propongo coger el coche y encaminarse a Arrigorriaga -que, siguiendo el mito debe su nombre a las piedras teñidas de sangre durante la batalla de Padura- por el nuevo corredor del Cadagua, y allí intentar descubrir el secreto de las piedras rojas. En esta excursión con audioguía y cómic se visitan lugares relacionados con la batalla y con Jaun Zuria. Es un paseo de unas 3 horas y un kilómetro y medio.
Para terminar, siguiendo hacia el sur, llegar hasta Luiaondo y visitar la Cruz de Malato, donde en tiempos estuvo el árbol.

domingo, 9 de marzo de 2008

Yo ya he votado.

Os invito a todos a hacer lo mismo.

viernes, 7 de marzo de 2008

¡Supervivientes!

¡Lo conseguimos! ¡Hemos sobrevivido al 7M!

A eso de las 11.30, ha venido un compañero que se cambia de empresa diciendo, como es tradición -o era, que últimamente no-, que teníamos un hamaiketako en la cafetería. Y claro, bajo la promesa de tortillas y aperitivos, hemos bajado alegres y ufanos.
Tras socializar un rato y comer un poco, avariciosos nosotros, hemos decidido subir al de poco tiempo para poder disfrutar, posteriormente, de nuestro descanso. Nos hemos dirigido hacia el ascensor, pues, para subir hasta la oficina. El ascensor tiene un límite de 8 personas y 8 personas nos encontrábamos en él. Pero con esto no se hace una historia, así que, antes de comenzar a subir, un noveno individuo -al que nos referiremos como Hombre Gé- ha llamado y la puerta se le ha abierto. Le hemos advertido que no había sitio para él, a lo que nos ha respondido, en un alarde de optimismo bilbaíno, que no iba a pasar nada. Cinco segundos más tarde el ascensor se ha parado entre plantas.
¡Intenta abrir la puerta!- ha dicho alguien. Lo han intentado pero sólo se ha movido unos dos centímetros y 3 milimetros. Mmmm, por ahí no cabemos. Zalora ha pulsado la alarma, pero no el tiempo suficiente para abrir comunicación con la central del fabricante del ascensor.
Hay que pulsar cuatro segundos, Zalora.- Ella pulsa, pero no lo suficiente. -Eso no han sido cuatro segundos.- Vuelve a pulsar. -Eso tampoco han sido cuatro segundos.- Lo intenta una vez más; esta vez sí. No hay respuesta.

Lo cierto es que, más que ponernos nerviosos, nos hemos cachondeado de todo lo cachondeable. O quizás nos hemos cachondeado por estar nerviosos. Bueno, Zalora sí estaba nerviosa, ya que es claustrofóbica y era la única mujer de entre nueve informáticos encerrados en unos dos metros cuadrados. Sus ojos inyectados en sangre no se han notado debido a sus gritos histéricos.

Al de un rato hemos oido un modem conectándo a algún lugar remoto, y al poco una voz. Teresa ha dicho que se llamaba. Le hemos explicado la situación y nos ha dicho que esperemos, que venian a por nosotros. Le hemos prometido muy seriamente que no ibamos a movernos de allí.
Y nos nos hemos movido; allí estábamos soltando coñas, echando unas risas, jugando al móvil... hasta que se ha apagado la luz. Entonces los móviles se han usado para iluminar, para poner música... O sea, luces de colores que se movían, un lugar cerrado donde hacía calor, música electrónica... joder, ¡hemos montado una puta rave en el ascensor!
Al rato ha vuelto la luz, acompañada de un molesto pitido del ascensor. Hemos pensado que la habían reiniciado para ponerla en marcha. -Dale al uno- ha dicho alguien. Nada. Bueno sí; según la pantalla del ascensor estábamos en el piso "--", o sea, el purgatorio.
Entonces nos ha entrado la paranoia Prison Break. Yo me he tatuado el plano del ascensor en el escroto. No es muy elaborado, pero sirve. Dos pringle, cuyos nombres no trascenderán, se han dedicado a jugar al famoso juego gayer-carcelario de mesácaíoeljabón, y al de mantenimiento le dado por imitar al guardián de la prisión, porque, tras preguntar cuántos estábamos encerrados y que Deivid le respondiera con total sinceridad, nos ha dico "¡Iros a tomar por culo!". Antes de preguntar nos había conminado a no movernos con un escueto "!Estaros quietos, hostias!".
Vale, en el fondo tenía razón, pero no en las formas. ¡Puto Jesucristoeldemanteni!

Por eso, cuando nos han abierto las puertas, hemos salido como niños que han sido cogidos en falta, esperando la bronca que, efectivamente, ha llegado. Yo he pasado un poco del tema, la verdad.
Ha sido una media hora bastante divertida -menos para Zalora- y, si no hubiera sido por las ganas de orinar y el calor, estaría mejor allí que en la oficina. Bueno, para orinar podíamos usar el pantalón de Monty, que ya fue mancillado. Es una historia que, si quiere, ya os contará él.

Con dias como hoy el blog se escribe solo.

P.S. Dentro de 9 meses nacerá una criaturita a la que pondrán de nombre Otis.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Viajar a Dublín.

Hace ya casi un año desde que Akia y yo nos fuimos de viaje a la capital irlandesa. El Martes 17 de abril de 2007 a las 15.30 nos presentábamos en la terminal de Loiu dispuestos a embarcar en el avión de la compañía irlandesa Aer Lingus que nos llevaría, en un vuelo sin escalas al aeropuerto de Dublín -Aerfort Bhaile Átha Cliath-.

Llegamos allí, equipados con nuestra guía CityPack de El País-Aguilar, una navaja de Eibar -que me acompaña siempre en los viajes-, algo de embutido y mucha ilusión por ver todo aquello. Cogimos un Aircoach -autobús del aeropuerto- que, para ser sinceros, no es nada barato, pero se puede pagar. Creo recordar que eran unos 7€ por persona y el trayecto duraba unos 40 o 45 minutos. Bueno, es más barato que un taxi, así que...
Lo positivo es que el autobús tenía su última parada a unos 15 metros de nuestra fonda, el Isaacs Hotel.
Tampoco el hotel era barato -la verdad es que pocas cosas en Dublín lo son- pero estaba muy céntrico, bien comunicado y era cómodo. Para presupuestos más ajustados existe el Isaacs Hostel. La habitación incluía un calentador de agua, té, café soluble y algunas galletas -que reponían diariamente- que nos fueron muy útiles para hacer desayunos rápidos y baratos. Curiosidad: es el primer hotel -y único hasta el momento- en el que he estado que tuviera una Holy Bible como en las películas.

El primer día -la primera tarde, en realidad- nos recibió un clima apacible; ligeramente nuboso pero sin lluvia. Aunque no os fieis; a las orillas del Liffey pega un aire que refresca. Y por lo márgenes de este rio empezamos el paseo, viendo el Custom house y siguiendo rio abajo, hasta Grattan bridge, donde giramos a la izquierda para ver el ayuntamiento de la ciudad. Siguiendo por la calle frente al ayuntamiento vimos las afueras de Christ church cathedral, una de las dos catedrales de Dublín y la única cristiana -curiosamente St. Patrick's es protestante-. Terminamos el paseo preliminar volviendo hasta Dame street y de vuelta al la ribera, y, cruzando el rio, ver Four Courts y una vieja destilería. Una cena frugal y a dormir, que el siguiente día iba a ser largo.


Una de las cosas que más sorprende de esta ciudad es lo bulliciosa que es. Desde muy temprana hora de la mañana hasta bien entrada la noche la calle O'Connell está repleta de gente que viene y va. Una impresionante cantidad de personas de toda edad y condición moviéndose. No en vano es una de las ciudades con población más jóven y, a la vez, mayor tasa de desempleo. En serio, de 10 a 13 resulta incluso agobiante el encontrarse con tanta gente como había.
Y es que, pese a existir varios métodos de transporte público -tranvía, tren elevado y bus, además de taxi-, Dublín es una ciudad básicamente para andar. Sólo cogimos el tranvía una vez para ir al bario Kilmainham, y la vuelta la hicimos a pie.

El segundo día, temprano, con un precioso día de cielo azul, salimos del hotel y nos dirigimos hacia Talbot Street para terminar en O'Connell street, arteria principal de la ciudad. Esta calle es fácil de distinguir gracias a the Spire, una especie de aguja de 120 metros de altura que está donde anteriormente yacía una estatua de Nelson. Supongo que cuando los irlandeses del sur lograron ser libres pensarían "y con el inglesito este... ¿qué coño hacemos?". Bueno, tardaron unas décadas, pero lo sustituyeron por ese gigantesco símbolo fálico.
En la misma calle O'Connell encontramos uno de los lugares más importantes de la lucha independentista de la nación irlandesa: el General Post Office. Donde, tal vez alguno se acuerde, se dio el levantamiento de pascua de 1916 contra el dominio británico por parte de iconos como Éamon de Valera, Michael Collins, James Conolly -que sería vilmente ejecutado por este hecho- y muchos otros valientes. En las columnas de estilo dórico de la fachada aún se ven los agujeros de bala de aquella refriega. Merece la pena entrar para ver la hermosísima decoración de la oficina y una estatua de Cuchulainn. Yendo hacia el sur y pasando el Bank of Ireland -fue sede del parlamento irlandés hacia 1782- llegaremos a Grafton Street. En esta calle deberemos hacer caso a la estatua de Molly Malone.
En Tara Street, justo detrás del castillo de Dublín, se encuentra el Chester Beatty Library & Gallery; la librería privada de sir Alfred Chester Beatty, que fué un ávido coleccionista que se especializó en arte de religiones. El centro posee una impresionante colección sobre el Islamismo, el cristianismo y el budismo. La entrada es gratuita, pero sólo se permite visitar algunas zonas si se llama con antelación. Hay taquillas gratuitas donde se deben dejar las mochilas.
Dvblinia se encuentra justo al lado de la catedral cristiana. Es una exhibición interactiva sobre la historia de Dublin, desde su fundación, pasando por la edad media y los normandos hasta las invasiones vikingas -a las que se presta especial atención-. Es algo caro, pero sale rentable visitarlo con una entrada combinada para Christ Church cathedral, a la que se llega por un paso elevado. Christ Church Cathedral es bella pero pequeña, aunque posee unas características que la hacen única: si nos acercamos al coro y miramos hacia la entrada, podremos observar que la pared que nos queda a la derecha está sensiblemente inclinada. Esto es debido a que su bóbeda se derrumbó en 1562; dirigiéndonos a las catacúmbas veremos en una urna un ratón y un gato momificados, escenificando una persecución. Bueno, en realidad no están escenificando nada, ya que es así como fueron encontrados atrapados en el órgano. Al parecer quedaron allí atrapados en plena lucha de especies.
Yendo hacia el sur por Nicholas street -que pasa a ser Patrick street- nos encontraremos la iconográfica catedral de san Patricio, dedicada al santo al que todos los irlandeses del mundo rinden tributo. Aunque St. Patrick se hizo santo convirtiendo a los paganos al cristianismo, la catedral es hoy protestante -estos irlandeses...-. La catedral es preciosa, sencilla, elegante... Me llamo poderosamente la atención el crucero, donde se guardan las banderas capturadas a los enemigos en incontables batallas... el conocido escritor Jonathan Swift -Los viajes de Gulliver- fue dean de esta iglesia y en la parte derecha mirando al altar, junto a la entrada, se encuentra su tumba.

Lo maravilloso de los museos y galerías nacionales de irlanda es el precio de la entrada: son totalmente gratuitos y en la mayoría existe un guardarropía donde podemos dejar los bultos y hacer la visita con comodidad. La parte negativa es que no se permiten fotos ni videos. Tras dejar St. Patrick's y comer un tentempié de la mochila, nos dirigimos al National museum de la calle Kildare, y después al de heráldica, también gratuito. Es muy curioso y, aunque pequeño, tiene una impresionante colección de escudos de armas y monedas. Muchos irlandeses nacidos fuera del país vienen aquí en busca de su pasado.

Como buenos turistas fuimos a un sitio típico a cenar fish & chips. Vale, no os creais que es ir allí y decir que quieres Fishanchips, no. Se pide el tipo de pescado y, sinceramente, no conozco los nombres de pescado ingleses. Al final pedímos Plaice y Cod, que son platija y bacalao respectivamente. He de reconocer que es una comida barata y llena mucho, pero el pescado me parecio sosísimo. Tal vez debímos aceptar la salsa mezcla de vinagre y no se qué que nos ofrecieron... Las patatas eran deliciosas -de las mejores que he comido en mi paseo por los mundos de dios- y mucho más que abundantes.


El día siguiente es el que recuerdo con mayor agrado. Cogímos por la mañana un tranvía hacia Kilmainham, algo alejado del centro. Nos apeamos en la estación James's y dando un agradable paseo en una preciosa mañana primaveral llegamos a nuestro primer destino: Kilmainham Gaol. La prisión de Kilmainham es de obligada visita, ya que este edificio es fiel reflejo de la historia socio-política de Irlanda.
Construida en 1796 y reformada posteriormente en la época victoriana, ha sido espejo de la sociedad de dublinesa desde su mismo principio. Durante la gran hambruna irlandesa la prisión estaba abarrotada, debido a que la gente se moría, literalmente, de hambre y las leyes eran muy duras. Existen casos documentados de niños condenados a la prisión por pequeños hurtos, caso de una niña de 8 años que fue condenada por robar un abrigo al no poder soportar el frió. La parte correspondiente a la primera construcción que se conserva es más una mazmorra que una prisión; con pasillos lóbregos y fríos -donde llegaban a vivir los reos al no haber sitio en las celdas para todos-, poca higiene y menos comida. Pese a todo, el estar en la cárcel durante la hambruna era una garantía de comer algo, al menos.
En la reforma victoriana quisieron suplir estas carencias; ellos creían en el poder del orden, de la luz y del trabajo para reinsertar a los delincuentes; la parte nueva de la prisión es amplia, con un enorme tragaluz y construida en forma de herradura para que, situado en un punto concreto y con las puertas de las celdas abiertas, un sólo centinela pudiese ver a la perfección el interior de todas ellas. Ésta parte muchos de vosotros ya la conocéis, ya que ha sido escenario de películas como "Un trabajo en Italia", "En el nombre del padre" o "Michael Collins", aunque en realidad Michael Collins no pisó esta parte de la cárcel sino la antigua. El que si pasó un tiempo en ella fue Éamon de Valera, en una celda que hoy tiene una placa con su nombre.
Y también aquí fueron fusilados la gran mayoría de los rebelados en pascua del 16: P. H. Pearse, Thomas J. Clarke, Thomas MacDonagh, Joseph Plunkett, Edward Daly, Michael O'Hanrahan, William Pearse, John MacBride, Con Colber, Éamon Ceannt, Michael Mallin, Seán Heuston, Seán Mac Diarmada y James Connolly -de Valera no fué sentenciado a muerte por tener nacionalidad estadounidense; Gran Bretaña veía peligrar el apoyo americano en la primera guerra mundial en caso de matarle-. Mención especial tiene el fusilamiento de James Conolly, que fue herido de muerte en el asedio al General Post Office y, al no poder mantenerse el pie, fue fusilado atado a una silla. Esta afrenta sólo consiguió reforzar el espíritu nacionalista de Irlanda.
La visita guiada es en riguroso inglés y es magnífica; los guías cuentan gran cantidad de detalles y datos curiosos. Repito, visita obligada.

Deshaciendo el camino se llega hasta el precioso Royal Hospital -equivalente a Les Invalides de París-. Hoy en día es un museo de arte moderno, pero nosotros hicimos caso omiso a las obras expuestas y nos dirigimos a los preciosos jardines del lugar. Es un paseo muy agradable y, en uno de los bancos, se come el hamaiketako de lujo.
Siguiendo el camino por la calle Bow Lane West llegamos a otro lugar realmente interesante, en la famosa calle St James's gate. ¿No sabéis de qué hablo? ¡Guinness Storehouse! Ni más ni menos que la famosa cervecería donde hay visita turística que, para los cerveceros, es como La Meca. La entrada es cara, no se puede negar: 12€ la persona. Pero la entrada, en lugar de ser un trozo de papel, es una especie de pisapapeles de metacrilato con el logotipo de la cervecería y una gota del famoso Stout en su interior que te llevas para casa. Además, llega un aro de plástico que, en el pub de la azotea, se puede cambiar por una genuina pinta gratis. Este lugar, llamado Gravity bar está a 70m de altura y ofrece una buena vista de esta parte de la ciudad mientras te tomas tu pinta. La tienda de recuerdos es fantástica. Y bueno, no querréis decir a las amistades que no habéis visitado Guinness, ¿no?

Dando un paseo -un poco largo- volvimos al centro de la ciudad; Allí, cruzando el famoso Ha'penny bridge -llamado así por el peaje que había que pagar- llegamos al Temple Bar -que no es un bar aunque hay un pub que se llama así- de donde surgió Dublín -o Bhaile Átha Cliath en gaélico-. Antiquísimo barrio con un ambiente increíble, preciosos pubs de película, cerveza fria, whiskey y calles empedradas. Y de aquí, siguiendo hacia el este por la calle Dame primero, y luego por Nassau, llegamos a otro de los monumentales museos de la ciudad: el National Gallery; museo pictórico, gratuito y enorme. Hace falta un buen rato para disfrutar de él. Nos quedamos el resto de la tarde hasta que fueron a cerrar y después de merendar nos dirigimos por la orilla del Liffey en busca de un monumento a U2 que no encontramos.


El último día lo comenzamos en el Trinity college. Una universidad de película donde estudiaron ilustres irlandeses -aunque seguro que algunos jugaban al equivalente celta del mus en el equivalente celta de la taberna de la uni-. El principal atractivo es The book of Kells, un libro medieval que resalta por ser luminoso y alegre. El problema son las colas que provoca, por lo que optamos pasear por el campus, ver un poco de rugby e irnos a nuestro siguiente destino.
Otro de los iconos de esta maravillosa ciudad es la arquitectura Georgiana, y sus conocidas puertas. Y para disfrutar de ésta, nada mejor que dirigirse a Lower Fitzwilliam street y buscar el número 29. El number twenty nine es una casa georgiana exquisitamente restaurada por el Electricity Supply Board. Una visita guiada en inglés nos explica cómo era la vida de aquella época tanto para una familia acomodada -a la que pertenecían ese tipo de casas- como para sus criados y el resto de la ciudadanía. Todo esto en un marco incomparable. La restauración es prácticamente perfecta y la visita guiada amena y didáctica -en perfecto inglés, claro-. También la considero visita obligada.
Para terminar fuimos al Dublin castle; castillo donde residian los virreyes ingleses, brazo de la corona británica en la isla esmerada. No me esperaba que me gustase tanto, sinceramente, pero la visita guiada -en inglés, of course- es muy interesante y amena. Cuentan cantidad de anécdotas y detalles. También se muestran unas excavaciones bastante recientes donde se han descubierto los cimientos iniciales que se remontan a la época de los normandos; principalmente el muro defensivo, el lugar donde tiraban los cadáveres.... Las entradas se compran con antelación, así que se puede aprovechar el tiempo para ir haciendo otras cosas.


Dublín, cuna de varios de los mejores escritores. Ciudad donde discurre la compleja, a ratos divertida y siempre genial Ulises de James Joyce, dónde Jonathan Swift escribió los viajes de Gulliver, Oscar Wilde inició su diletante vida...
Existen placas que marcan el camino que Leopold Bloom recorre en la novela Ulises y resulta un buen paseo.
Simplemente adoro Dublín; perdonad mi entusiasmo. Y un montón de lugares que me dejo...



P.S. Paso de Flickr; me meto a Picasa que mola más.

Ya soy Creative Commons.

Hola. Ya soy Creative Commons. ¿Qué significa esto?

Y todo esto lo expresa este pequeño iconito que veis aquí -y en el bloque de la derecha-. Planeo algunos pequeños cambios más, pero no os asusteis.

Creative Commons License
Esta obra está bajo una
licencia de Creative Commons

Edit: Se acabó el meter las fotos en Flickr, que sólo me deja alojar 200 fotos de manera gratuita. Me paso a Picasa que me cede un giga.

martes, 4 de marzo de 2008

¡Compra en Ebay, bastardo de mierda!

Eso es lo que parece que quieren decirnos los de la conocida página de ventas y subastas.
Hoy por la mañana, al entrar en mi correo voy y encuentro uno de Ebay cuyo asunto era "20R3Mun, ¿conoces a tu padre?". Mi respuesta automática ha sido pensar "¿Y tú al tuyo, hijo de puta?". Porque, vale. Pensandolo un poco, deduces que es un email publicitando ventas para el día del padre. Pero, ¿a qué gilipollas se le ha ocurrido el eslogan?
Que yo entiendo que lo que preguntan es si conoces lo suficiente a tu padre para comprarle un regalo que le guste, pero coño, lo primero que piensas es que te están llamando bastardo y/o hijo de puta. Y eso a las 9 de la mañana jode, majos.

Y me imagino al publicista al que encargaron el trabajo, un sábado a las 22.00 horas en la oficina, devanándose los sesos pensando un lema que enganche. Y va el colega y se le ocurre, en un derrepente, que debería ser "¿conoces a tu padre?", y más feliz que un calvo con dos peines se dirige a su casa, sintiéndose de oro por el trabajo bien cumplido. Si señor, haciéndo que miiiiiles de personas se sientan insultadas y/o se descojonen de tí. Buenas noticias, genio: no te sentirás solo; el paro ha subido 50.000 personas en febrero.

Es una pena que ya no exista aquella sección de CQC que se llamaba "Curso de ética peridística"; se podía dar un buen repaso al correo del que hablo.

En síntesis: Sí, Ebay. Conozco a mi padre. Y también a mi madre, si eso os inquieta. Pero en el que en realidad he pensado ha sido en vuestro padre, en la madre que os parió y en todos vuestros muertos. Pero me ha hecho gracia.