Dentro de la peculiar distribución de la oficina -ya conté lo del estilo Bauhaus-sidrería-, nuestra mesa es una de las más peculiares. Constituimos un bloque de seis mesas con dos lineas de tres paralelas y resultando que cada chica tiene enfrente al chico que le equivale en experiencia/categoría... joder, Dan Brown haría una novela con esto.
Vamos a ver si me explico: Como se puede ver en el gráfico 1, Lavane tiene enfrente a Kiko; Kiko es responsable de proyecto y Lavane es analista, pero todos los demás somos programadores, así que son los más equivalentes. Yo tengo enfrente a Lachicadeenfrente; ámbos somos programadores. Y Zalora tiene enfrente a Master_dame_PX y los dos son programadores en prácticas. ¿Comprendido? Pues sigamos.
El miércoles fué el cumpleaños de la secretaria. Como es norma en la oficina, la secre trajo dulces para celebrarlo, y los colocó en un lugar que queda más o menos en el centro de la oficina y justamente al lado de Deivid. Entre los dulces disponibles, había unos huevitos de pascua de chocolate, pequeñitos, del tamaño de los de codorniz, envueltos en papel de colores. Eran chocolatinas baratas, abundantes, a granel. Nada elaborado ni nada. Chocolate con leche del barato. ¡Y he aquí el conflicto de sexos!
Los golosos comimos unos cuantos huevos. Las diabéticas arrasaron el nido. Bueno, pues Lachicadeenfrente y Zalora, pizpiretas ellas, se empeñaban en que no sólo, dependiéndo del color del envoltorio, los chocolates sabían distinto, sino que afirmaban, categóricamente, que si partías un huevo por la mitad, había allí grabadas imágenes y figuras. Casualmente no se repetía ningun dibujito...
No sé vosotros, pero yo no me imagino a un anciano orfebre italiano grabando figuras con un buril en la parte de unos huevos de chocolate barato que prácticamente nadie va a ver.
Y tampoco lo hace Master_dame_PX. Por eso, mediante un entente cordial, entablamos frente común contra los sinsentidos de las dos señoritas cegadas por el azúcar y el chocolate. Creo que llegamos a establecer que los "estigmas" del chocolate eran producidos por burbujas de aire que quedaban en el chocolate que se usa para pegar las dos mitades del huevo.
Pero lo de los sabores era harina de otro costal...
Tuvimos que hacer uso de nuestras maneras más arteras para convencerles. Cogímos un huevo con envoltorio amarillo; según ellas sabor café. Lo desenvolví con sumo cuidado y lo envolví con un papel azul previamente preparado. Tendímos una sutil trampa a Zalora y ésta cayó como una pánfila.
-¿Estaba rico, Zalora?
-Sí, ¿pues?
-¿Sabes cuánto nos gusta tener razón, verdad?
-¿Eh?
-Era uno amarillo el que te has comido.
-No, era azúl.
-No, era amarillo envuelto de azúl.
- :-o
Quod erat demonstrandum: estaban sugestionándose mutuamente. Mujeres... informáticas...
Vamos a ver si me explico: Como se puede ver en el gráfico 1, Lavane tiene enfrente a Kiko; Kiko es responsable de proyecto y Lavane es analista, pero todos los demás somos programadores, así que son los más equivalentes. Yo tengo enfrente a Lachicadeenfrente; ámbos somos programadores. Y Zalora tiene enfrente a Master_dame_PX y los dos son programadores en prácticas. ¿Comprendido? Pues sigamos.
El miércoles fué el cumpleaños de la secretaria. Como es norma en la oficina, la secre trajo dulces para celebrarlo, y los colocó en un lugar que queda más o menos en el centro de la oficina y justamente al lado de Deivid. Entre los dulces disponibles, había unos huevitos de pascua de chocolate, pequeñitos, del tamaño de los de codorniz, envueltos en papel de colores. Eran chocolatinas baratas, abundantes, a granel. Nada elaborado ni nada. Chocolate con leche del barato. ¡Y he aquí el conflicto de sexos!
Los golosos comimos unos cuantos huevos. Las diabéticas arrasaron el nido. Bueno, pues Lachicadeenfrente y Zalora, pizpiretas ellas, se empeñaban en que no sólo, dependiéndo del color del envoltorio, los chocolates sabían distinto, sino que afirmaban, categóricamente, que si partías un huevo por la mitad, había allí grabadas imágenes y figuras. Casualmente no se repetía ningun dibujito...
No sé vosotros, pero yo no me imagino a un anciano orfebre italiano grabando figuras con un buril en la parte de unos huevos de chocolate barato que prácticamente nadie va a ver.
Y tampoco lo hace Master_dame_PX. Por eso, mediante un entente cordial, entablamos frente común contra los sinsentidos de las dos señoritas cegadas por el azúcar y el chocolate. Creo que llegamos a establecer que los "estigmas" del chocolate eran producidos por burbujas de aire que quedaban en el chocolate que se usa para pegar las dos mitades del huevo.
Pero lo de los sabores era harina de otro costal...
Tuvimos que hacer uso de nuestras maneras más arteras para convencerles. Cogímos un huevo con envoltorio amarillo; según ellas sabor café. Lo desenvolví con sumo cuidado y lo envolví con un papel azul previamente preparado. Tendímos una sutil trampa a Zalora y ésta cayó como una pánfila.
-¿Estaba rico, Zalora?
-Sí, ¿pues?
-¿Sabes cuánto nos gusta tener razón, verdad?
-¿Eh?
-Era uno amarillo el que te has comido.
-No, era azúl.
-No, era amarillo envuelto de azúl.
- :-o
Quod erat demonstrandum: estaban sugestionándose mutuamente. Mujeres... informáticas...